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Julio César Orselli: el referente que marcó a una generación

Julio César Orselli: lo que me dio sin saberlo

Seguro más de uno que nos vea no nos conozca, ni a mí ni al señor que está conmigo. Pero quiero contarles algo. Para muchos de nosotros, este hombre fue más que un conductor de televisión: fue una compañía diaria, una referencia, alguien que sin saberlo nos inspiró a seguir un camino en los medios.

Me refiero a Julio César Orselli, el histórico conductor de De 12 a 14, aquel programa emblemático de Canal 3 de Rosario que durante décadas acompañó los mediodías de miles de hogares en todo el sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y parte de Córdoba. Era un noticiero, sí, pero también mucho más: entrevistas, móviles en vivo, historias humanas, actualidad y entretenimiento con identidad local.

Para quienes crecimos viendo ese programa, Orselli no era un presentador más. Era el conductor. Una voz firme, clara, con presencia. El que sabías que iba a estar ahí cada mediodía para contarte lo que pasaba y para hacerlo con seriedad, pero también con calidez.

Lo encontré en Marcos Juárez. Y qué mejor lugar para ese encuentro que un canal de televisión. No podía ser más simbólico.

Me acerqué y le dije sin vueltas:
Vos no sabés lo importante que fuiste para todos nosotros.

Y aproveché para contarle una anécdota que tengo grabada como si fuera hoy. Fue durante mi época en la colimba, en el Comando del Segundo Cuerpo en Rosario. Para el Día del Periodista se organizó un acto de reconocimiento a la prensa, y yo vi la oportunidad. Hablé con quien estaba a cargo del protocolo y le pedí que me dejaran recibir a los invitados. La idea era simple: mientras los acompañaba del hall a un piso superior, les contaba que ya era locutor recibido, que necesitaba trabajar, que me dieran una oportunidad.

Uno de los que abordé fue, claro, Orselli. Él no se acordaba. Pero yo sí. Y con eso me alcanzaba.

Después de tantos años, poder compartir esa historia con él fue un regalo. Me escuchó con atención y me dijo, sonriendo:
Pero no te di laburo, che.
Es lo de menos, Julio —le respondí—. Me diste más ganas de hacer lo que nos gusta.

Para los más contemporáneos, que crecieron viendo a Tinelli, Pergolini, o Andy Kusnetzoff, quiero decirles algo: Julio César Orselli estaba en ese mismo nivel de influencia, pero en nuestra televisión. La que se hacía desde Rosario, desde el interior, con calidad, profesionalismo y una conexión real con la gente.

Esa televisión que nos enseñó que también desde acá se podía hacer algo grande.

Gracias por tanto, maestro. Y gracias por esta foto que, de verdad, siempre quise tener.

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