En vía de alcanzar un promedio de 40 qq/ha

Los rindes estimados en soja de primera se encaminan a un promedio de 40 qq/ha para la región. Los grupos de madurez cortos presentan gran parte de los componentes del rendimiento definidos y alcanzan el estadio de formación de semilla (R5). Los insectos y enfermedades están en niveles controlables pero la elevación de costos pone resistencia a la aplicación. El maíz de primera, en la recta final de su ciclo, aumenta las expectativas a 105 qq/ha. El cereal sembrado en diciembre se acerca al panojado con buenas condiciones. Aunque las reservas de agua en superficie se ajustan ante la gran demanda atmosférica y de los cultivos, se esperan nuevas lluvias en los próximos días.

La soja de primera presenta buen porte, 15 a 18 nudos productivos y plagas en niveles leves a moderados. Las lluvias la acompañaron en su ciclo y los pronósticos a corto plazo indican que seguirá el periodo húmedo. Son factores que permiten estimar a la fecha una buena cosecha de la oleaginosa con rindes en torno a los 40 qq/ha. El estadio fenológico se concentra con un 40% de los sembrados en principios de llenado de semilla pero, según el grupo de madurez, van desde plena floración (R2) a máximo tamaño de semilla (R6). La plaga más mencionada es la oruga medidora. Entre otros gusanos, también aparece bolillera, Anticarsia y barrenador del brote. A diferencia de la campaña pasada, la presión de insectos es baja. Se suma otro año sin niveles relevantes de población de chinches. El control con insecticidas es necesario y algunos productores también incorporan fungicidas en la misma aplicación. Sin embargo, los costos se hacen sentir y ponen resistencia a las erogaciones en insumos. El avance de enfermedades es lento, pero hay que estar atentos a C. kikuchii y su incidencia en la calidad de la semilla.

La oleaginosa de segunda inicia el estadio de fructificación. Hay un 7% de lotes que se consideran regulares por la pérdida de plantas ante el anegamiento producido en los primeros estadios del cultivo. Sin embargo, el resto del área (93%) recibe de buenas a excelentes calificaciones.

Se prevé que los cabezales maiceros se activen a fin de febrero y principios de marzo. A diferencia de otras campañas, a medida que el maíz temprano se acerca al final de su ciclo, el rendimiento estimado aumenta o se mantiene. Un 50% de los cuadros está en madurez comercial con espigas de gran tamaño que lograron un buen cuaje en toda su longitud. El resto continúa en grano pastoso bajo condiciones excelentes en un 52% de los cuadros. Los rendimientos estimados pretenden superar las medias históricas y se ubicarían en torno a los 105 qq/ha, con pisos de 90 qq/ha y máximos de 125.

Los estadios fenológicos del maíz tardío o de segunda van desde siete hojas a elongación de la panoja. El gusano cogollero requirió control en algunos lotes. En tanto, las enfermedades como roya y tizón se siguen de cerca. Las altas temperaturas registradas evaporaron la humedad de las primeras capas de suelo. Además, el cultivo está con un activo crecimiento y los requerimientos hídricos aumentan día a día. Aunque todavía están lejos de sufrir un estrés, los relieve altos estarían necesitando nuevos pulsos hídricos para mantener el potencial. El mapa muestra las lluvias que serían necesarias para que el cultivo de maíz  tardío crezca sin limitaciones. Por fortuna, todavía quedan reservas en profundidad.

Autor entrada: Eduardo Oyola

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