La abstención en la ciudad
En las elecciones legislativas de 2025, 8.636 de los 24.589 votantes habilitados en Marcos Juárez decidieron no acudir a las urnas, lo que representa un 37 % de abstención. Es decir, casi 4 de cada 10 ciudadanos no participaron, mientras que 15.953 vecinos sí ejercieron su derecho, alcanzando un 64,87 % de participación.
Estos números muestran un desafío importante para la democracia local: que un porcentaje tan alto de la población no vote puede afectar la representatividad de los resultados.
Consecuencias de no votar
El Código Nacional Electoral (CNE) establece claramente que el voto es obligatorio para todos los ciudadanos mayores de 18 años y menores de 70. Quienes no se presenten a votar y no justifiquen su ausencia dentro del plazo legal serán incluidos en el Registro de Infractores al Deber de Votar y podrán enfrentar:
- Multa económica: entre $50 y $500, según la cantidad de veces que el votante haya faltado sin justificar.
- Limitaciones para cargos públicos: no podrán ser designados para funciones o empleos públicos durante tres años a partir de la elección.
- Restricciones administrativas: podrían tener impedimentos para realizar ciertos trámites municipales, provinciales o nacionales por un año, como solicitar el pasaporte.
Para regularizar su situación, los ciudadanos deben acudir a la secretaría electoral de su distrito, abonar la multa y retirar su nombre del registro de infractores.
Por qué algunos ciudadanos no votan
Existen múltiples razones por las cuales los ciudadanos deciden no acudir a las urnas:
- Desinterés o desencanto con la política.
- Dificultades para trasladarse a las mesas de votación.
- Falta de conocimiento sobre candidatos o propuestas.
En Marcos Juárez, a esto se suma la presión que sienten quienes son designados presidentes de mesa: más de 30 personas desistieron de cumplir esa función en esta elección, evidenciando que ejercer la democracia activa también requiere compromiso y responsabilidad.
Reflexión final
La elección en Marcos Juárez deja un mensaje claro: la democracia no solo depende de quienes votan, sino también de quienes deciden no hacerlo. Además, la ausencia en las urnas puede traer consecuencias legales, económicas y administrativas, recordando que el voto es tanto un derecho como un deber ciudadano.

